Imagen: Sandra Cartasso
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El especialista en redes sociales y política Ernesto Calvo analiza la jugada del multimillonario
Cómo entender la apuesta de Elon Musk por Twitter
El doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Maryland y autor de varios libros sobre el rol de las redes sociales explica el significado político y económico de la compra de Twitter.
Esteban Magnani
"En Estados Unidos, comprar Twitter es como comprar el New York Times. O sea que no es menor", explica Ernesto Calvo mientras va camino a la Universidad de Maryland, cerca de Washington D.C., y donde dirige el Laboratorio interdisciplinario de Ciencias Sociales Computacionales. "Teddy Roosevelt decía ‘hablá suave y lleva un garrote’. Ser dueño de Twitter tiene el mismo efecto. Es la amenaza de controlar la plataforma lo que produce ya un efecto político importante. No es cierto que tener Twitter implique que Musk lo use efectivamente como arma política. El valor político de poder subir o bajar cuentas o de manejar la estructura de recomendaciones de la plataforma, ya es importante. Aun así, no es claro que la compra de Twitter asegure esta influencia en política y que dicha influencia sobreviva en el tiempo. Comprar Twitter es una decisión de apostadores. Pero es una apuesta fuerte".
Los “porqué” de Musk
Elon Musk ha mostrado un olfato admirable para los negocios, pero también una personalidad inestable. La decisión de comprar la red social no parece motivada por factores económicos. La red social ha dado ganancias en solo un puñado de trimestre y han sido más frecuentes los quebrantos.
El 4 de abril, Musk compró el 9,2% de las acciones de Twitter por cerca de 40 dólares cada una y su cotización subió de manera pronunciada. Tres semanas más tarde se ofreció a pagar 54 dólares por cada acción que aún le faltaba para así tomar el control total de la empresa por un total de casi 44.000 millones de dólares. Ese "premium" que pagó por encima de la cotización (ya elevada por las expectativas que él mismo había generado) hizo que la oferta sea prácticamente imposible de rechazar para la junta directiva de la empresa. Para conseguir el dinero Elon Musk puso en garantía acciones de sus empresas, entre las que se cuentan la automotriz Tesla y SpaceX, que brinda servicios aeroespaciales.
Si la decisión no parece económica, ¿qué motivó a Elon Musk a hacer semejante compra por una cifra que equivale a cerca de un sexto de su fortuna personal? ¿Un capricho o una apuesta con fundamentos?
--Una comparación que hago de Elon Musk es con [Henry] Ford, mucho más que con [Nikola] Tesla o [Thomas] Edison. Musk es alguien que tiene un muy buen olfato para la economía de la tecnología, al estilo de Ford y de esos magnates de fines del XX, millonarios del negocio y de la tecnología. Eso lo caracteriza más que el hecho de ser un innovador tecnológico. Muchos consideran que hay un cierto grado de inestabilidad, no sé si decir psicológica porque uno no quiere hacer evaluaciones clínicas de la gente, pero digamos que, por lo menos, en su figura pública es alguien profundamente inestable como actor económico y político.
--Dice que tiene una mirada económica sobre la tecnología, pero Twitter es una empresa que da pérdidas prácticamente todos los trimestres. ¿Le parece que él tiene ideas para ganar dinero?
--Creo que Twitter no es una máquina de ganar dinero; es una máquina de influencia política. Para alguien que tiene negocios que dependen tanto de la política, como por ejemplo SpaceX, tiene sentido tener un medio. Así como Jeff Bezos compró el Washington Post, Twitter es una apuesta a incrementar la influencia política de Elon Musk. Toda el área espacial, tanto los proveedores como los que financian los lanzamientos, todos los actores principales que sostienen este negocio, son actores políticos. El principal cliente para la industria aeroespacial son los gobiernos y lo van a ser por mucho tiempo. Entonces, si bien todo lo que tiene que ver con Tesla es netamente privado, todo lo que tiene que ver con tecnología espacial es es algo que provee mayoritariamente a gobiernos, desde satélites hasta el despliegue de servicios de apoyo a la estación espacial internacional. Entonces el futuro comercial de Elon Musk para mí depende más de la tecnología aeroespacial y de sus sociedades con los distintos gobiernos que de Tesla y de sus negocios en el sector privado.
--E interviene en un momento político muy particular.
--Sí, también hay un elemento de intervención política muy trumpista [por Donald Trump] como actor económico. Su alineamiento político con Trump, que no es explícito, es más un estilo de intervención en la plataforma que le puede dar voz a Trump, a que sea un un aliado estratégico del expresidente. Eso no lo sabemos aunque puede llegar a ser el caso. Pero desde el punto de vista del discurso económico de él, tiene un elemento muy trumpista de usar Twitter para influir, producir disrupciones, en los mercados. Tal es así que el la junta directiva de Twitter tiene una cláusula en la compra por la cual puede llegar a inhibir a Musk de completarla si genera oscilaciones importantes en el mercado a través de intervenciones impropias. Varias veces Musk estuvo en el ojo de la tormenta por investigaciones por manipulación de mercado por sus intervenciones en Twitter. Con lo cual, desde el punto de vista de las intervenciones en las redes sociales, hace algo muy similar a Trump pero económicamente.
--¿Cómo se compatibiliza el uso de Twitter como parte de su estrategia empresarial y la idea que expresa de ser un "absolutista de la libertad expresión"? ¿No le puede jugar en contra si se ve que manipula la red en su favor?
--No, en verdad el tener el canal de Twitter no implica ejercer ese poder en forma indirecta y constante. O sea: el monopolio de la violencia legítima del Estado no implica el uso frecuente de ese monopolio, sino que simplemente es una potestad. Tener control político de la plataforma es un acto de poder, que le da ciertas opciones. No necesita usarlo. Tampoco estoy diciendo que va a estar manipulando Twitter para llevar adelante operaciones. Eso ya lo está haciendo él individualmente con su propia cuenta. No tiene que ver con modificar los algoritmos. Para mí ese no es el punto. De hecho Twitter es una plataforma que es menos sensible a los algoritmos que Facebook. Mi impresión es que tener el canal abierto y el control de la plataforma, que es también el motivo por el cual [Paul] Singer compró un paquete accionario en su momento durante la elección de 2020, ya le da una cierta influencia que es importante. Respecto de las declaraciones de Musk sobre la libertad de expresión, en este momento ese lenguaje es una apertura clara hacia el trumpismo y hacia la derecha de Estados Unidos. En Argentina creo que a veces se ve con mucha más tolerancia que en Estados Unidos lo que pasó con Trump. Habría que pensar esto más como si en Semana Santa, [Mohamed] Seineldín hubiera utilizado Twitter para coordinar el alzamiento. La libertad de expresión es siempre una libertad que uno trata de maximizar pero está sujeta a ciertas restricciones como, por ejemplo, no gritar "Fuego" en un teatro o la incitación al crimen. Hay una cantidad de cosas que son parte de los elementos de regulación de la libertad de expresión. El problema de si la cuenta de Trump tiene que ser dada de baja o no, no es un problema tan sencillo como simplemente discutir si la libertad de expresión es aceptada o no
"En Estados Unidos, comprar Twitter es como comprar el New York Times. O sea que no es menor", explica Ernesto Calvo mientras va camino a la Universidad de Maryland, cerca de Washington D.C., y donde dirige el Laboratorio interdisciplinario de Ciencias Sociales Computacionales. "Teddy Roosevelt decía ‘hablá suave y lleva un garrote’. Ser dueño de Twitter tiene el mismo efecto. Es la amenaza de controlar la plataforma lo que produce ya un efecto político importante. No es cierto que tener Twitter implique que Musk lo use efectivamente como arma política. El valor político de poder subir o bajar cuentas o de manejar la estructura de recomendaciones de la plataforma, ya es importante. Aun así, no es claro que la compra de Twitter asegure esta influencia en política y que dicha influencia sobreviva en el tiempo. Comprar Twitter es una decisión de apostadores. Pero es una apuesta fuerte".
Los “porqué” de Musk
Elon Musk ha mostrado un olfato admirable para los negocios, pero también una personalidad inestable. La decisión de comprar la red social no parece motivada por factores económicos. La red social ha dado ganancias en solo un puñado de trimestre y han sido más frecuentes los quebrantos.
El 4 de abril, Musk compró el 9,2% de las acciones de Twitter por cerca de 40 dólares cada una y su cotización subió de manera pronunciada. Tres semanas más tarde se ofreció a pagar 54 dólares por cada acción que aún le faltaba para así tomar el control total de la empresa por un total de casi 44.000 millones de dólares. Ese "premium" que pagó por encima de la cotización (ya elevada por las expectativas que él mismo había generado) hizo que la oferta sea prácticamente imposible de rechazar para la junta directiva de la empresa. Para conseguir el dinero Elon Musk puso en garantía acciones de sus empresas, entre las que se cuentan la automotriz Tesla y SpaceX, que brinda servicios aeroespaciales.
Si la decisión no parece económica, ¿qué motivó a Elon Musk a hacer semejante compra por una cifra que equivale a cerca de un sexto de su fortuna personal? ¿Un capricho o una apuesta con fundamentos?
--Una comparación que hago de Elon Musk es con [Henry] Ford, mucho más que con [Nikola] Tesla o [Thomas] Edison. Musk es alguien que tiene un muy buen olfato para la economía de la tecnología, al estilo de Ford y de esos magnates de fines del XX, millonarios del negocio y de la tecnología. Eso lo caracteriza más que el hecho de ser un innovador tecnológico. Muchos consideran que hay un cierto grado de inestabilidad, no sé si decir psicológica porque uno no quiere hacer evaluaciones clínicas de la gente, pero digamos que, por lo menos, en su figura pública es alguien profundamente inestable como actor económico y político.
--Dice que tiene una mirada económica sobre la tecnología, pero Twitter es una empresa que da pérdidas prácticamente todos los trimestres. ¿Le parece que él tiene ideas para ganar dinero?
--Creo que Twitter no es una máquina de ganar dinero; es una máquina de influencia política. Para alguien que tiene negocios que dependen tanto de la política, como por ejemplo SpaceX, tiene sentido tener un medio. Así como Jeff Bezos compró el Washington Post, Twitter es una apuesta a incrementar la influencia política de Elon Musk. Toda el área espacial, tanto los proveedores como los que financian los lanzamientos, todos los actores principales que sostienen este negocio, son actores políticos. El principal cliente para la industria aeroespacial son los gobiernos y lo van a ser por mucho tiempo. Entonces, si bien todo lo que tiene que ver con Tesla es netamente privado, todo lo que tiene que ver con tecnología espacial es es algo que provee mayoritariamente a gobiernos, desde satélites hasta el despliegue de servicios de apoyo a la estación espacial internacional. Entonces el futuro comercial de Elon Musk para mí depende más de la tecnología aeroespacial y de sus sociedades con los distintos gobiernos que de Tesla y de sus negocios en el sector privado.
--E interviene en un momento político muy particular.
--Sí, también hay un elemento de intervención política muy trumpista [por Donald Trump] como actor económico. Su alineamiento político con Trump, que no es explícito, es más un estilo de intervención en la plataforma que le puede dar voz a Trump, a que sea un un aliado estratégico del expresidente. Eso no lo sabemos aunque puede llegar a ser el caso. Pero desde el punto de vista del discurso económico de él, tiene un elemento muy trumpista de usar Twitter para influir, producir disrupciones, en los mercados. Tal es así que el la junta directiva de Twitter tiene una cláusula en la compra por la cual puede llegar a inhibir a Musk de completarla si genera oscilaciones importantes en el mercado a través de intervenciones impropias. Varias veces Musk estuvo en el ojo de la tormenta por investigaciones por manipulación de mercado por sus intervenciones en Twitter. Con lo cual, desde el punto de vista de las intervenciones en las redes sociales, hace algo muy similar a Trump pero económicamente.
--¿Cómo se compatibiliza el uso de Twitter como parte de su estrategia empresarial y la idea que expresa de ser un "absolutista de la libertad expresión"? ¿No le puede jugar en contra si se ve que manipula la red en su favor?
--No, en verdad el tener el canal de Twitter no implica ejercer ese poder en forma indirecta y constante. O sea: el monopolio de la violencia legítima del Estado no implica el uso frecuente de ese monopolio, sino que simplemente es una potestad. Tener control político de la plataforma es un acto de poder, que le da ciertas opciones. No necesita usarlo. Tampoco estoy diciendo que va a estar manipulando Twitter para llevar adelante operaciones. Eso ya lo está haciendo él individualmente con su propia cuenta. No tiene que ver con modificar los algoritmos. Para mí ese no es el punto. De hecho Twitter es una plataforma que es menos sensible a los algoritmos que Facebook. Mi impresión es que tener el canal abierto y el control de la plataforma, que es también el motivo por el cual [Paul] Singer compró un paquete accionario en su momento durante la elección de 2020, ya le da una cierta influencia que es importante. Respecto de las declaraciones de Musk sobre la libertad de expresión, en este momento ese lenguaje es una apertura clara hacia el trumpismo y hacia la derecha de Estados Unidos. En Argentina creo que a veces se ve con mucha más tolerancia que en Estados Unidos lo que pasó con Trump. Habría que pensar esto más como si en Semana Santa, [Mohamed] Seineldín hubiera utilizado Twitter para coordinar el alzamiento. La libertad de expresión es siempre una libertad que uno trata de maximizar pero está sujeta a ciertas restricciones como, por ejemplo, no gritar "Fuego" en un teatro o la incitación al crimen. Hay una cantidad de cosas que son parte de los elementos de regulación de la libertad de expresión. El problema de si la cuenta de Trump tiene que ser dada de baja o no, no es un problema tan sencillo como simplemente discutir si la libertad de expresión es aceptada o no
"En Estados Unidos, comprar Twitter es como comprar el New York Times. O sea que no es menor", explica Ernesto Calvo mientras va camino a la Universidad de Maryland, cerca de Washington D.C., y donde dirige el Laboratorio interdisciplinario de Ciencias Sociales Computacionales. "Teddy Roosevelt decía ‘hablá suave y lleva un garrote’. Ser dueño de Twitter tiene el mismo efecto. Es la amenaza de controlar la plataforma lo que produce ya un efecto político importante. No es cierto que tener Twitter implique que Musk lo use efectivamente como arma política. El valor político de poder subir o bajar cuentas o de manejar la estructura de recomendaciones de la plataforma, ya es importante. Aun así, no es claro que la compra de Twitter asegure esta influencia en política y que dicha influencia sobreviva en el tiempo. Comprar Twitter es una decisión de apostadores. Pero es una apuesta fuerte".
Los “porqué” de Musk
Elon Musk ha mostrado un olfato admirable para los negocios, pero también una personalidad inestable. La decisión de comprar la red social no parece motivada por factores económicos. La red social ha dado ganancias en solo un puñado de trimestre y han sido más frecuentes los quebrantos.
El 4 de abril, Musk compró el 9,2% de las acciones de Twitter por cerca de 40 dólares cada una y su cotización subió de manera pronunciada. Tres semanas más tarde se ofreció a pagar 54 dólares por cada acción que aún le faltaba para así tomar el control total de la empresa por un total de casi 44.000 millones de dólares. Ese "premium" que pagó por encima de la cotización (ya elevada por las expectativas que él mismo había generado) hizo que la oferta sea prácticamente imposible de rechazar para la junta directiva de la empresa. Para conseguir el dinero Elon Musk puso en garantía acciones de sus empresas, entre las que se cuentan la automotriz Tesla y SpaceX, que brinda servicios aeroespaciales.
Si la decisión no parece económica, ¿qué motivó a Elon Musk a hacer semejante compra por una cifra que equivale a cerca de un sexto de su fortuna personal? ¿Un capricho o una apuesta con fundamentos?
--Una comparación que hago de Elon Musk es con [Henry] Ford, mucho más que con [Nikola] Tesla o [Thomas] Edison. Musk es alguien que tiene un muy buen olfato para la economía de la tecnología, al estilo de Ford y de esos magnates de fines del XX, millonarios del negocio y de la tecnología. Eso lo caracteriza más que el hecho de ser un innovador tecnológico. Muchos consideran que hay un cierto grado de inestabilidad, no sé si decir psicológica porque uno no quiere hacer evaluaciones clínicas de la gente, pero digamos que, por lo menos, en su figura pública es alguien profundamente inestable como actor económico y político.
--Dice que tiene una mirada económica sobre la tecnología, pero Twitter es una empresa que da pérdidas prácticamente todos los trimestres. ¿Le parece que él tiene ideas para ganar dinero?
--Creo que Twitter no es una máquina de ganar dinero; es una máquina de influencia política. Para alguien que tiene negocios que dependen tanto de la política, como por ejemplo SpaceX, tiene sentido tener un medio. Así como Jeff Bezos compró el Washington Post, Twitter es una apuesta a incrementar la influencia política de Elon Musk. Toda el área espacial, tanto los proveedores como los que financian los lanzamientos, todos los actores principales que sostienen este negocio, son actores políticos. El principal cliente para la industria aeroespacial son los gobiernos y lo van a ser por mucho tiempo. Entonces, si bien todo lo que tiene que ver con Tesla es netamente privado, todo lo que tiene que ver con tecnología espacial es es algo que provee mayoritariamente a gobiernos, desde satélites hasta el despliegue de servicios de apoyo a la estación espacial internacional. Entonces el futuro comercial de Elon Musk para mí depende más de la tecnología aeroespacial y de sus sociedades con los distintos gobiernos que de Tesla y de sus negocios en el sector privado.
--E interviene en un momento político muy particular.
--Sí, también hay un elemento de intervención política muy trumpista [por Donald Trump] como actor económico. Su alineamiento político con Trump, que no es explícito, es más un estilo de intervención en la plataforma que le puede dar voz a Trump, a que sea un un aliado estratégico del expresidente. Eso no lo sabemos aunque puede llegar a ser el caso. Pero desde el punto de vista del discurso económico de él, tiene un elemento muy trumpista de usar Twitter para influir, producir disrupciones, en los mercados. Tal es así que el la junta directiva de Twitter tiene una cláusula en la compra por la cual puede llegar a inhibir a Musk de completarla si genera oscilaciones importantes en el mercado a través de intervenciones impropias. Varias veces Musk estuvo en el ojo de la tormenta por investigaciones por manipulación de mercado por sus intervenciones en Twitter. Con lo cual, desde el punto de vista de las intervenciones en las redes sociales, hace algo muy similar a Trump pero económicamente.
--¿Cómo se compatibiliza el uso de Twitter como parte de su estrategia empresarial y la idea que expresa de ser un "absolutista de la libertad expresión"? ¿No le puede jugar en contra si se ve que manipula la red en su favor?
--No, en verdad el tener el canal de Twitter no implica ejercer ese poder en forma indirecta y constante. O sea: el monopolio de la violencia legítima del Estado no implica el uso frecuente de ese monopolio, sino que simplemente es una potestad. Tener control político de la plataforma es un acto de poder, que le da ciertas opciones. No necesita usarlo. Tampoco estoy diciendo que va a estar manipulando Twitter para llevar adelante operaciones. Eso ya lo está haciendo él individualmente con su propia cuenta. No tiene que ver con modificar los algoritmos. Para mí ese no es el punto. De hecho Twitter es una plataforma que es menos sensible a los algoritmos que Facebook. Mi impresión es que tener el canal abierto y el control de la plataforma, que es también el motivo por el cual [Paul] Singer compró un paquete accionario en su momento durante la elección de 2020, ya le da una cierta influencia que es importante. Respecto de las declaraciones de Musk sobre la libertad de expresión, en este momento ese lenguaje es una apertura clara hacia el trumpismo y hacia la derecha de Estados Unidos. En Argentina creo que a veces se ve con mucha más tolerancia que en Estados Unidos lo que pasó con Trump. Habría que pensar esto más como si en Semana Santa, [Mohamed] Seineldín hubiera utilizado Twitter para coordinar el alzamiento. La libertad de expresión es siempre una libertad que uno trata de maximizar pero está sujeta a ciertas restricciones como, por ejemplo, no gritar "Fuego" en un teatro o la incitación al crimen. Hay una cantidad de cosas que son parte de los elementos de regulación de la libertad de expresión. El problema de si la cuenta de Trump tiene que ser dada de baja o no, no es un problema tan sencillo como simplemente discutir si la libertad de expresión es aceptada o no
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