Suecia y el mundo de luto:
El cine pierde a un director fundamental
Fernando Zavala
Ingmar Bergman, ya retirado de la vida pública, falleció por causas naturales dejando uno de los mayores y más contundentes legados de la cinematografía mundial.
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FERNANDO ZAVALA
En el sueño, sin estridencias, en total y absoluta calma. Así, como él mismo se propuso pasar sus últimos años, partió uno de los más grandes cineastas de la historia. Ingmar Bergman (89) falleció ayer de causas naturales en su casa de la isla de Faro, en el mar Báltico. Estaba retirado desde 2003, cuando hizo el último y definitivo anuncio de aislamiento. El legado que deja es inconmensurable. Sesenta años de carrera, 54 películas, 126 obras de teatro y la admiración pública de cineastas como Bertolucci, Allen y Spielberg. Una colección de elogios, premios y homenajes, como la Palma de Palmas de Cannes.
Bergman pasará a la historia por haber recorrido el mundo con un cine profundamente personal que sigue cautivando con historias basadas en su familia, en sus amores y desamores. Tuvo un padre estricto que lo marcó, una mirada pesimista de la vida, se casó cinco veces y tuvo nueve hijos. Pero al final, sus últimos días los pasó sin poder superar la pérdida de su gran amor.
"El séptimo sello", "Fresas salvajes", "Persona", "Sonata otoñal" son sólo algunos de los títulos que lo transformaron en un monstruo del cine. Sus historias generalmente hablaban de la lucha de sexos, con mujeres al borde del colapso y hombres que eran meros espectadores de la acción.
Ernst Ingmar Bergman nació en la ciudad de Upsala, el 14 de julio de 1918. Hijo de un estricto pastor protestante, desde pequeño lo marcaron sus vehementes sermones sobre la religión, la culpa y la redención. Más tarde, agradeció a sus padres por haberlo criado en un ambiente infeliz: "Crearon para mí un mundo al que rebelarme".
Las películas eran un escape para el pequeño Ingmar. Le dio 100 soldaditos de juguete a un hermano a cambio de un proyector que le había dado una tía. Construyó un teatro de títeres para entretener a una hermana menor y, al poco tiempo, ya estaba adaptando a Strindberg.
En 1937 pasó fugazmente por la Universidad de Estocolmo. Empezó a estudiar literatura, pero pronto obedeció al llamado del teatro, un lazo que nunca dejaría. Llegó a ser director de la Royal Opera de Suecia y del Royal Dramatic Theatre. La sede de este último en Estocolmo tenía ayer sus banderas a media asta.
En el cine partió como guionista de la compañía Svensk Filmindustri. Su primer guión, "Hets" (1944), dirigido por Alf Sjöberg, fue un éxito que ganó el Gran Premio del Festival de Cine de Cannes.
En 1945 comenzó a dirigir. Optó principalmente por historias de jóvenes que lidiaban con temas como la infidelidad, la muerte o el suicidio. Una década después produciría una lista de verdaderas obras maestras. Entre ellas, las mencionadas "El séptimo sello" y "Fresas salvajes".
De sus cinco matrimonios, el que le causó mayor impacto fue el último, con Ingrid von Rosen. Se casaron en 1971, cuando ya tenían un hijo, pero ella murió en 1995. Bergman nunca pudo olvidarla. Hacía casi una década que ya había escogido como su hogar la isla de Faro, pero después de enviudar su reclusión aumentó. En los últimos años ya no recibía muchas visitas, aunque disfrutaba sus conversaciones telefónicas con amigos y antiguos actores como Bibi Andersson ("Persona") y, especialmente, Erland Josephson, su alter ego en 14 filmes.
En Faro, una isla de unos 400 habitantes, era querido y todos respetaban su privacidad. Construyó siete casas allí, un teatro y un cine en un viejo establo. Ayer, un libro de condolencias se instaló en uno de los edificios públicos del lugar.
En los 80, hacer películas comenzó a agotarlo. Fue después de "Fanny y Alexander" (1982) cuando se despidió por primera vez del cine. De hecho, nunca más volvió a hacer una cinta para la pantalla grande. Todo su trabajo posterior fue en televisión. Incluida "Saraband" (2003), que recorrió los cines del mundo. Allí volvió a trabajar con la actriz Liv Ullmann, uno de sus romances más famosos. Ambos tienen una hija y fueron amigos hasta el final.
La noticia del deceso de Bergman impactó a todo el globo. Las autoridades suecas lo homenajearon; el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, también. Los responsables de los festivales de Berlín, Venecia y Cannes le dedicaron palabras de admiración. Cineastas y actores tampoco estuvieron ausentes. Muchos, en todo caso, lo estarán para los funerales. Fiel a su estilo de vida, Bergman será despedido en una fecha aún por definir y de manera muy privada.
"(Hacer películas) a veces era una obligación, pero siempre ha sido una obsesión. Creo que es muy erótico, porque hay un entendimiento emocional al completo".
Sesenta años de indagaciones, cinco películas clave
"EL SÉPTIMO SELLO" (1957)
La imagen de Max Von Sydow, como un agotado caballero jugando ajedrez con la muerte, es una de las más emblemáticas de Bergman. El filme ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Cannes.
"FRESAS SALVAJES" (1957)
El mismo año de "El séptimo sello", Bergman estrenó otra obra cumbre. El director recurrió al legendario actor y cineasta sueco Victor Sjöström para interpretar a un anciano profesor que, en el camino a recibir un premio, evalúa su vida.
"PERSONA" (1966)
Las dos musas de Bergman, Liv Ullmann y Bibi Andersson, protagonizan esta cinta sobre la relación entre una actriz que ha quedado muda y la enfermera encargada de cuidarla.
"ESCENAS DE LAVIDA CONYUGAL" (1973)
Adaptado de una miniserie de seis episodios para la televisión sueca, el filme revisa el rompimiento de una pareja. Ganó el Globo de Oro.
"FANNY Y ALEXANDER" (1982)
También adaptada de una miniserie, fue la última película para cine de su carrera. La historia gira en torno a dos hermanos en la Suecia de comienzos del siglo XX. Ganó cuatro premios Oscar.
Reacciones
"Siento una gratitud infinita por todo lo que me dio en el plano profesional y por el inmenso privilegio de haber sido su amigo".
MAX VON SYDOW
ACTOR
"No puedo imaginar un mundo sin él. Tuvo el coraje de contar los amores, las pasiones, las derrotas y el flujo lento y complejo del alma humana".
LIV ULLMAN
ACTRIZ
"Era un gran amigo y sin duda el mejor artista cinematográfico de esta época. Me entristeció mucho enterarme de su muerte".
WOODY ALLEN
DIRECTOR
"Él era el director de la condición humana, de la miseria del hombre... el último de los grandes, porque probó que el cine puede ser tan profundo como la literatura".
GILLES JACOB
DIRECTOR DEL FESTIVAL DE CANNES
"El mundo ha perdido a uno de sus más grandes cineastas".
RICHARD ATTENBOROUGH
CINEASTA Y ACTOR
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